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Tras 21 meses cerrado por la pandemia reabre el Valle de la Luna
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“Para los próximos meses, se espera que el plan de reapertura gradual de los sitios de visitación siga su curso en la medida que el control de la pandemia así lo permita”, responde por escrito el Consejo de Pueblos Atacameños (CPA) ante la consulta de DF MAS sobre la situación del Valle de la Luna, cerrado desde marzo de 2020 por la pandemia.
Muchos se han preguntado por qué el famoso lugar, uno de los destinos turísticos más señeros de San Pedro, en la Región de Antofagasta sigue cerrado, mientras la comuna ya comienza a recibir de nuevo a los turistas, después del duro golpe asestado por la pandemia.
“El objetivo más importante de las Comunidades y Asociaciones Indígenas es velar por el cuidado e integridad de sus comuneros y visitantes. Por lo que cada una, en su derecho de libre autodeterminación, irá realizando la apertura de los sitios bajo su protección y cuidado”, añade el CPA en su correo. (Ver nota relacionada)
El 17 de marzo de 2020, la entidad y las 18 comunidades de Atacama la Grande, que manejan los sitios turísticos en toda esa zona decidieron cerrar por dos semanas el acceso a los visitantes, medida que con el paso de tiempo se hizo permanente. Hasta ahora.
La decisión de cerrar, se tomó para evitar contagios, porque según comenta el alcalde Justo Zuleta, el virus se cebó con los adultos mayores indígenas.
Hubo semanas en que San Pedro se convirtió en uno de los epicentros de la peste en la Región de Antofagasta. “Muchas familias perdieron a sus ancianos y por la falta de conectividad y las cuarentenas la gente tampoco podía estar trasladándose”, explica el jefe comunal sobre los largos cierres.
Coadministración
Parte importante de las bellezas y áreas protegidas de San Pedro son administradas por la Corporación Nacional Forestal (Conaf), que a su vez las coadministra con las comunidades atacameñas desde 1998. Es un modelo de asociatividad, donde la última palabra la tiene el Consejo de Pueblos Atacameños.
“Este trabajo no ha estado exento de dificultades ya que aspectos como la falta de conectividad han jugado un rol importante para la implementación de los protocolos elaborados, sin embargo se está trabajando en la implementación de diversas metodologías que permitan realizar un control de ingreso eficaz que evite las aglomeraciones, lo cual sin duda ayudará no solo a disminuir las probabilidades de contagio, sino que también es una puesta en marcha de un nuevo método de trabajo que busca erradicar el turismo masivo, irregular y no planificado, en pro de la conservación y protección del territorio Atacameño”, explican desde el CPA.
Esta entidad maneja las laguna Cejar y Piedra, el santuario de la Naturaleza Laguna Tebenchique, Laguna Baltinache, Aldea de Tulor, Pucará de Quitor, Salar de Aguas Calientes (Piedras Rojas), Mirador de Ckari, Valle de Catarpe, Valle de Marte, Pozo 3, Laguna Chaxa, Valle de Jere, Cochas de Peine, Geiser del Tatio (corresponde a la comuna de Calama), Valle de la Luna, Quebrada de Kezala, Laguna Miscanti y Miñiques, Machuca (iglesia, trekking Machuca- Río Grande), Petroglifos de Yerbas Buenas y Valle del Arcoiris.
El Valle de la Luna está a cargo de las comunidades de Coyo, Larache, Séquitor, San Pedro, Solor y Quitor desde 2002, cuando sus tierras áridas y salinas fueron entregadas a la conservación comunitaria con el fin de resguardarlas del turismo masivo y los 4x4.
Reabiertas las lagunas de Cejar y Piedra
El Valle de la Luna es uno de los sitios más concurridos por los visitantes de San Pedro. Según datos de Conaf prácticamente la mitad de quienes llegan a la zona acuden a este sitio mundialmente reconocido.
Las comunidades están trabajando hoy día en habilitar diversos espacios para reabrir sus senderos y miradores, además de los protocolos Covid que se exigirán al llegar, tal como ya se hizo con las lagunas de Cejar y Piedra, cuya reapertura comenzó hace algunas semanas con horarios de visita diferenciados para quienes vayan por su cuenta o a través de turoperadores. Además, se habilitó la compra de entradas online.
Hace dos meses también se reaperturaron la aldea de Tulor, que está bajo administración de la comunidad de Coyo, y la laguna de Tebenquiche.
Relanzamiento
El alcalde Zuleta dice que la pandemia ha terminado por demostrarles que la comuna no puede vivir sin el turismo. Y por eso, aprovecharán la reapertura para relanzarla.
“Los efectos que tiene el turismo dentro de la comuna son enormes y con las PYME y empresas del sector estamos trabajando en conjunto para darle a esta actividad la importancia que tiene”, agrega.
Por eso, algunas calles del centro se convertirán en peatonales los fines de semana para favorecer el consumo en el exterior de bares y restaurantes y además, evitar las aglomeraciones. “Los sufrimientos y las limitaciones durante más de un año nos ha hecho más empáticos”, opina.
Una de las claves tras la pandemia, es que el retorno a la normalidad no sea más de lo mismo que antes: congestión, ruido, inaccesibilidad.
Y continúa: “la crisis también nos ha demostrado la necesidad de que los trabajadores del turismo cuenten con mejores condiciones. Prácticamente todos los guías se fueron de la comuna. Al no tener contrato de trabajo, ni poder acceder a las ayudas sociales del Estado no podían seguir pagando arriendo”. Es probable que la reapertura los traiga de regreso.